Aromas y Sabores Marroquíes

Marruecos huele y sabe a Marruecos !! Comino, Harissa, Ras el Hanout, cúrcuma, jengibre, menta, jazmín, sándalo y un sin fin de aromas que te seducen nada mas llegar.

Aterrizamos en Marrakech, hace calor y nuestro Riad está muy cerca del aeropuerto. Tardamos apenas unos minutos en llegar y un par de minutos más en salir disparados dejándonos llevar por los cautivantes olores de la comida callejera, que nos llevan hasta la Medina.

De camino ya hemos probado unas cuantas brochetas que venden en las parrillas callejeras, de pollo marinado, una de hígado y grasa de vaca y una de Kefta,carne picada de cordero con comino y perejil. Este sabroso y sencillo aperitivo se puede considerar el “fast food” marroquí.

La gastronomía de Marruecos es en esencia una comida sana, saludable y muy sabrosa. No utilizan apenas productos procesados, industriales ni aliños químicos, más bien mucho aceite de oliva, miel o especias naturales como saborizante o colorante. No fríen apenas, utilizan muchísimas verduras, legumbres y poca sal. Las preparaciones y las cocciones son minuciosas y lentas, la gran mayoría caseras, hechas en cazuelas de barro artesanales que se cocinan sobre leña o carbón.

El mundo de las hierbas y plantas silvestres es sorprendentemente amplio e integrado en toda la sociedad, que los usa en su vida cotidiana tanto en la gastronomía como en la salud y en la cosmética. Es casi imposible averiguar cuantos tipos de plantas y especias se encuentras en las numerosas herboristerias y cocinas en las que entramos.

En cuanto cae el sol en Marrakech la plaza de Jamaa el Fna es el centro de la vida publica de la ciudad y unos de esos sitios en lo que hay que estar por lo menos una vez en la vida. Caótica y estresante al igual que divertida y entretenida. La comida y el producto se muestra ostentosamente sobre los incontables puestos callejeros que recubren la plaza llenándola de colores y olores irresistibles. Una vez te adentras es muy difícil escapar debido a los incansables (por no decir pesados) captadores de clientes que te ofrecen la luna en el plato si es necesario.Todos los puestos venden prácticamente lo mismo con diferentes matices y en ellos podemos encontrar montañas de olivas adobadas con limón encurtido y colinas de ensaladas de tomate, pepino o remolacha cuidadosamente cortados en brunoisse dan volumen al escaparte.

Pescado, marisco y carne de cordero y vaca cubren la parte superior de la parada, y grandes cantidades de brochetas de todas las carnes y verduras denotan variedad y opulencia. Al lado todos estos puestos tienen su parrilla donde cocinan prácticamente todo y unas estructuras metálicas donde colocan el carbon para cocinar los Tajines y la Tangia que es un guiso típico de carne con limón, cúrcuma y comino, cocinado en una ánfora enterrada en carbon durante toda la noche, De-li-cio-sa!!

Sobra decir que conseguimos probar casi todo incluyendo algunas cosas como la cabeza de cordero hervida o sus cerebros asados que para nosotros no entran en el ranking de mejores platos.

Para conocer una realidad fuera de los spots turísticos hay que alquilar un coche y perderse por las adrenalinicas carreteras marroquíes.

Nos dirigimos a las faldas del Atlas, y durante el camino no dejan de aparecer amigos que te invitan a aparcar y a sentarte en su restaurante , después de unos cuantos nos rendimos y nos metimos entre pecho y espalda un super Tajin BBB.

Aquí es costumbre que en cada lugar donde comes te saquen abundante buen pan marroquí y ensalada de tomate,pepino y aceitunas. El uso de frutas secas o deshidratadas en los guisos y preparaciones es muy común, como este Tajin de pollo con verduras, que además llevaba ciruelas,orejones y almendras tostadas,  algo que sigue dando variedad,textura y sabor a esta cocina. MUY RICO!

En las montañas recolectan miel y cultivan almendras y Argan, con lo que elaboran el Amlou, una pasta dulce que allí llaman Nutella Marroquí, para atraer los turistas,deliciosa elaboración artesana que no dudamos en probar e investigar.

De las montañas a la mar ! Essaouira nos recibe con un atardecer rojizo sobre el puerto plagado de gaviotas hambrientas que amenazan llevarse parte del pescado recién llegado.

Es un lugar lleno de vida, olores y actividad: pescadores seleccionando el mejor pescado del día, niños ayudando en la limpieza de los barcos y vendiendo bolsitas de plásticos a los turistas para la compra  y alguna mujer vendiendo sardinas, centollas, cigalas, calamares y todo tipo de pescado que se pueda imaginar.

Después de haber hablado con algún vivido lobo be mar que nos aconseja donde comprar el pescado más fresco y barato, nos dirigimos hacia la plaza principal donde nos rodean varios hombres intentando convencernos ir a su restaurante. Un poco agobiados por tanta oferta nos escapamos hacia el mercado del pescado y ahí encontramos a la “Chez Aicha” que con mucha humildad y tranquilidad nos prepara a la parrilla el pescado que le trajimos.

MAS COMIDA!!! 

Si se evitan los sitios turísticos, se puede llegar a conocer mucho sobre la verdadera cocina marroquí y sobretodo sobre la gente que la prepara.

La gastronomía de Marruecos es uno de los aspectos del país que mejor le representa ya que posee una enorme riqueza y diversidad.

Utiliza ingredientes procedentes de la cultura bereber, árabe y mediterránea y se trata de una cocina sencilla por sus productos pero refinada en su elaboración que combina los sabores salados y dulces y un uso intensivo de las especias y condimentos.

Una peculiaridad de la cocina marroquí, que nos ha sorprendido mucho, es su carácter familiar, elaborada casi siempre de forma casera, es uno de los mejores motivos para sentarse y comentar las vicisitudes del día junto a amigos y familiares.

Unos de los platos principales y quizás el más conocido es el cous cous elaborado con sémola de trigo y acompañado normalmente de verduras, pollo o cordero y frutos secos que por tradición se come solo los viernes a mediodía y preferiblemente en casa con la familia y los amigos.

Como ingredientes que destacan en la dieta marroquí , hemos visto que los cereales y las legumbres son muy presentes en los platos, el pan de leña, la miel, las almendras, las verduras de temporada y la fruta.

No nos olvidamos el te verde con hojas de menta fresca como bebida favorita de l@s marroquíes, cada ocasión es buena para tomarse un buen vaso calentito!!!

Volvemos de este viaje muy agradecidos, por haber conocido un trocito de un país que a nivel gastronómico todavía mantiene sus raíces y autenticidad.